Insights, Definiciones, Artículos

El enfoque sistémico complementa el abordaje contemporaneo racional, analitico y reducionista con un abordaje intuitivo, sintetico y holistico que nos permite acceder a la sabiduria de los sistemas vivos:

Somos mas que la suma:

el comportamiento de un sistema como un todo no se puede extraer del comportamiento de sus partes, sino que responde a sus propias leyes.

Los sistemas se autoorganizan:

cuando los sistemas están sujetos a cierta presión como son por ejemplo la pluralidad de demandas, la limitación de recursos, y cambios, emerge una configuración organizacional.

Propiedades del sistema emergen del comportamiento colectivo:

de las interacciones dinámicas entre las partes del sistema y con su entorno, emergen propiedades y cualidades, no predecibles ni reducibles al análisis de las partes individuales.

Los sistemas vivos autoregulan:

análogo con la homeostasis, los sistemas vivos se autoregulan gracias a bucles de retroalimentacíon para preservar la estabilidad de su organización.

Los sistemas vivos se (re)producen a si mismo:

análogo con la autopoiesis, un sistema vivo humano produce y regenera sus propios componentes, manteniendo su organización y existencia autónoma a través del tejido cultural.

Los sistemas vivos son permeables:

son cerrados en cuanto a su organización, y abiertos en cuanto a recursos, información y energía.

El cambio viene desde dentro:

Los cambios que experimenta el sistema mismo, no están determinados por lo que pasa afuera, sino por la estructura interna de la persona, o del sistema según el punto de referencia.

La transformación es la clave de la plenitud.

La armonía entre ser plenamente uno mismo y a la vez plenamente parte del sistema al que se pertenece se establece gracias a un proceso transformacional.

Todo es contextual:

somos parte de un contexto al que contribuimos, y que a su vez, ejerce una presión selectiva a nuestra contribución. Solo se puede entender un sistema considerando su contexto. Somos agentes y sujetos de forma indisociable.

Liveliness es la capacidad de un sistema (ya sea una persona, un equipo u organización) de estar plenamente vivo, vibrante y en evolución, alineado con su propósito y en constante regeneración. Es el estado en el que las interacciones dentro del sistema fluyen de manera natural, promoviendo la innovación, el compromiso y el crecimiento sostenible.

En el contexto del Liderazgo Sistémico, liveliness se manifiesta cuando un líder y su entorno no solo sobreviven, sino que florecen, adaptándose conscientemente a los cambios, desbloqueando dinámicas ocultas y potenciando el impacto colectivo, mientras mantienen la integridad natural de la organización.

Elementos clave de «Liveliness» en un sistema
  1. Vitalidad Organizacional – La energía colectiva está alineada con el propósito, generando innovación y resiliencia.
  2. Autenticidad y Coherencia – Las acciones reflejan valores genuinos, permitiendo un liderazgo más íntegro y efectivo.  A la vez, la coherencia se extiende a lo que uno es, hace y siente, y entre lo interno y lo externo.
  3. Fluidez en la Adaptación – Capacidad de evolucionar sin quedarse atrapado en patrones repetitivos que drenan la energía del sistema, y preservando la esencia.
  4. Colaboración y Conexión – Relacionarse con el entorno de manera abierta y dinámica, potenciando la inteligencia colectiva.
  5. Conciencia Sistémica – Capacidad de ver y comprender las dinámicas visibles e invisibles que afectan la evolución del sistema para transcender los sesgos y condicionantes.

Liveliness es el estado donde el liderazgo deja de ser una lucha por la supervivencia y se convierte en facilitador de un proceso de crecimiento orgánico y transformación continua. Es el propósito último del liderazgo: lograr que el sistema esté plenamente vivo y en su máxima expresión en interdependencia con su contexto.

El Liderazgo Sistémico es una forma de liderazgo que reconoce que las organizaciones y los equipos son sistemas vivos y complejos, donde las interacciones, patrones y dinámicas ocultas influyen tanto en los resultados como en la evolución del conjunto.

A diferencia de los modelos tradicionales de liderazgo, que suelen centrarse en la toma de decisiones individuales, la gestión de tareas o el desarrollo de competencias aisladas, el Liderazgo Sistémico se basa en la capacidad de leer, comprender y transformar el sistema en su totalidad, aprovechando su inteligencia colectiva y sus fuerzas internas para generar un impacto sostenible.

En esta línea, el liderazgo es más que una serie de competencias para una influencia individual. Es la co-creación entre agentes de un discurso colectivo que moldea la percepción de si mismo, del contexto relevante al que contribuye, y consecuentemente, de su forma de actuar.

Principios clave del Liderazgo Sistémico
  1. Conciencia sistémica – El líder no solo se enfoca en personas o procesos, sino en cómo todo está interconectado dentro del sistema. Ve más allá de los síntomas visibles y detecta las dinámicas ocultas que pueden estar bloqueando el progreso.

  2. Gestión de la complejidad – En lugar de intentar controlar o simplificar la realidad, el liderazgo sistémico acepta la naturaleza compleja y emergente de las organizaciones y aprende a navegar en ella de manera fluida.

  3. Impacto recíproco – El líder comprende que no solo influye en el sistema, sino que el sistema también lo influye a él. Actúa con la consciencia de que su presencia, sus decisiones y su estilo de liderazgo generan cambios en el entorno.

  4. Fluidez y adaptabilidad – El liderazgo sistémico permite que los equipos y las organizaciones evolucionen sin quedarse atrapados en patrones repetitivos o bloqueos estructurales. Ayuda a liberar el potencial del sistema para que florezca de manera natural.

  5. Liderazgo colectivo y distribuido – No se trata solo de la figura del líder individual, sino de crear las condiciones para que el liderazgo emerja en todos los niveles de la organización. La capacidad de liderazgo se comparte y se amplifica en el sistema.

¿Para qué sirve el Liderazgo Sistémico?

Romper ciclos repetitivos y patrones ineficientes en equipos y organizaciones.
Desbloquear dinámicas ocultas que frenan la evolución y el crecimiento.
Potenciar la vitalidad y la innovación, creando entornos más resilientes y dinámicos.
Expandir la consciencia del líder, permitiéndole actuar con más claridad, efectividad y autenticidad.
Convertir a los equipos en sistemas vivos, donde las personas colaboran con mayor alineación y propósito.

En definitiva, el Liderazgo Sistémico es la clave para transformar organizaciones y equipos en sistemas vivos, dinámicos y en constante evolución, donde el liderazgo ya no es un esfuerzo de control, sino una práctica de observación, desbloqueo y potenciación del sistema en su conjunto

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